Tras un obligado parón por razones familiares y profesionales, aquí estoy de nuevo con nuevas recetas probadas y testadas.
En este caso me he decidido a probar un bizcocho sacado del maravilloso libro “La biblia de los pasteles” de Rose Levy Beranbaum, verdadero tratado de comprensión de los bizcochos. No es para aquellos que deseen animarse a hacer repostería por medio de las fotos (únicamente tiene algunas al principio) sino para realmente aprender los secretos de su confección, combinación de sabores, decoración básica, instrumental…
La receta elegida es la del bizcocho cremoso terciopelo blanco que, por razones de moldes disponibles en mi cocina y, por qué no decirlo, evitar que mi marido y yo acabemos como bolas, decidí dividir a la mitad.
Ingredientes (a temperatura ambiente)
68 gr. de claras de huevo* (más o menos 2 claras medianas/grandes)
4gr, de aroma de vainilla
121 gr. de leche
150gr. de harina
150gr. de azúcar
10 gr. de levadura química
3gr. de sal
85 gr. de mantequilla
*en mi caso he probado a utilizar albúmina en polvo, combinada con agua mineral. Así será necesario 4 gr. de albúmina disuelta en 30 gr. de agua para constituir una clara (para 68 gr. de claras, se multiplican las cantidades por dos). Es preciso además hidratar un rato antes de utilizar para que la albúmina se disuelva. Recomiendo tamizar la albúmina porque a veces quedan grumos.
Previamente se preparan un par de moldes de 18 cm. de ancho y 3 cm. de alto. Yo suelo forrar de papel de horno la base y únicamente engrasar con un poco de mantequilla dicha base y las paredes (no me gusta mucho lo de la harina). Como innovación en mis últimos bizcochos redondos estoy utilizando una tiras para hornear marca Wilton que se colocan humedecidas alrededor del molde para que, no me preguntéis cómo, conseguir que la masa crezca uniformemente y no únicamente por el centro. Doy fe que funcionan.
Se baten ligeramente las claras de huevo, la vainilla y la mitad de la leche y se reserva. Se bate la harina, el azúcar, la levadura y la sal un poco, lo justo para que se mezclen y sustituir el tamizado de estos ingredientes. A ellos se le añade la mantequilla y el resto de la leche. Esto se hará a velocidad baja hasta que se mezcle todo y se humedezcan los ingredientes secos. Una vez homogéneos se aumentará la potencia de batido durante 1 minuto. Finalmente se irá añadiendo la mezcla de los huevos y la leche en tres veces, batiendo medio minuto de cada vez.
Así ya sólo nos queda depositar la mezcla en los moldes y hornear durante 25 minutos en el horno precalentado a 180º
Confesión. He de admitir que metí la pata. Cuando mezclé la leche con las claras eché toda la que tenía (no sólo la mitad), por lo que luego para mezclar con la mantequilla tuve que añadir leche a mayores. Como resultado mi bizcocho queda algo endeble, pero sigue sabiendo muy bien 🙂